Tras un mes y medio de juego, en Gran Hermano hay seis participantes menos y quedan 11 en carrera. La convivencia transcurre entre las competencias para ganar presupuesto y el liderazgo, el armado de estrategias de los jugadores y las peleas. 

El domingo pasado se llevó a cabo una nueva gala de expulsión en el reality conducido por Santiago del Moro. En placa estaban Juliana, Nacho, Cata y Agustín (Romina también había quedado nominada pero fue salvada por Thiago, el líder de la semana pasada). 

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Como sucede en cada gala de Gran Hermano, Del Moro fue presentando momento de la semana en la casa más famosa del mundo a medida que iba anunciado quienes salían de placa. Mostró, por ejemplo, que Thiago y Daniela tuvieron su primera crisis y que ella dio por finalizada la relación. 

El primer salvado de la noche fue Agustín, quien obtuvo alrededor del 5% de los votos para irse. Le siguió Nacho con el 8%. Ambos salieron de placa y quedó un mano a mano entre Juliana y Cata. 

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“Jugadores de la casa más famosa del mundo, acá estamos con el veredicto final. Quien se va de la casa de Gran Hermano es...Juliana”, anunció el conductor. Y, después de felicitar a Cata, le pidió a Tini que saliera rápido del lugar para dirigirse al estudio. 

Ella pidió unos minutos para despedirse de su novio, Maxi Giudici. “Amorcito, nos vemos afuera. Te amo”, le dijo con los ojos llenos de lágrimas mientras juntaba sus pertenencias. Él, por su parte, le pidió que disfrute y haga el aguante desde afuera. Y, después de abrazarse con todos los participantes, abandonó el certamen. El público decidió eliminarla por el 57,67% de los votos.

Lo llamativo de la salida de Juliana fue la reacción de Coti, quien días atrás rogaba que se vaya. La correntina, entre lágrimas, la esperó en el pasillo y le dio un abrazo. Después se quedó llorando en el cuarto. "Ahora van por mí", le confesó a Alexis. Maxi, por su parte, quedó deshecho y se encerró en el sauna. El cordobés se siente traicionado por sus compañeros, quienes mandaron a placa a su pareja.